Proyecto residencial de 2 casas, ubicado en la zona del Coporito en Valle de Bravo, Estado de México. La peculiaridad y retos más importantes fueron la forma del terreno -un trapezoide-, la cantidad de árboles que debían respetarse y una compleja pendiente del 100%. Con estas restricciones, se logró proyectar dos volúmenes que se conectan por puentes, y de los cuales vuelan terrazas de hasta 3m, generando vistas a las montañas y al lago. Los árboles fueron contenidos en su totalidad y se integran en todo momento con la casa, a través de ventanales y de huecos en elementos arquitectónicos. La casa se abre a su entorno en su totalidad. La orientación fue otro reto pues la vista principal está orientada al norte, y en Valle de Bravo es importante captar luz directa del sol para contrarrestar la humedad, por lo que se proyectaron las escaleras en cubos de cristal que captan los rayos del sol durante todo el día, logrando un clima interior templado la mayor parte del año.